Bienvenidos a esta nueva sección de Tatánfue, se llama Directo al mango. La idea básica es poner luz y verdad en lugares donde abunda la oscuridad y la mentira.
Ustedes mismos se encargarán de definir cuáles son los temas de los que hablaremos.
En esta ocasión el tema es: “Falta de autoestima y seguridad en nosotros mismos”.
Les quiero contar que hace un tiempo yo era una persona muy insegura de mí misma. Aunque no lo crean, todos tenemos nuestro quiebre, y el mío tenía que ver con cuestiones muy pero muy íntimas. Sufría mucho con los temas sexuales, sufría mucho con mi identidad y con muchos pensamientos de auto desaprobación que aparecían en mi mente. Cientos de pensamientos depredadores me hablaban constantemente dentro de la cabeza. ¡Era desesperante! ¡Era invivible!
Hace un tiempo me parecía imposible tener alguna victoria en el exterior, ya que adentro vivía siempre derrotado. Aunque no lo parecería (y lo aclaro porque mucha gente me decía cosas como: “Ufff, usted debe vivir lleno de viejas” o “A usted le deben caer muchísimo, ¿no?”), mi vida era un caos mental y físico, una locura suicida. Según recuerdo, siempre anduve buscando amor, calor, cariño y paz. Esa fue siempre mi búsqueda, y creo que la de la mayoría. Necesitaba encontrar un lugar en el que mi mente se callara y mi cuerpo se calmara. Un lugar en el cual desacelerar mis pulsaciones y frenar mi ansiedad. Pero en vez de eso, con cada paso que daba, me encontraba con más y más vacío, más y más desesperanza.
Patinaba siempre entre dos opciones: o yo la embarraba, o la otra persona la embarraba. ¡Carajo! ¿Por qué alguien siempre la tiene que embarrar? ¿Por qué nos tenemos que mover con tanta torpeza? ¿Por qué parecemos ciegos buscando corazones pares en la absoluta penumbra en la que las personas muestran lo que no son? ¡Qué locura! No recuerdo en cuántas camas me acosté queriendo entender qué estaba haciendo, de verdad. Y cuando digo “me acosté”, no estoy afirmando que tuve sexo, ¡NO! Precisamente ese era mi problema del pasado; que algo en mí no quería. “Raro, ¿no?”. Eso sería lo primero que se le vendría a la mente a cualquiera. Pero no, la realidad es que mi naturaleza me estaba guiando a lo correcto, y yo, completamente abrumado por los pensamientos que se me aparecían en la mente, pensamientos que me gritaban “cómasela”, “qué rico”, “no sea tan marica, Tatán”, insistía en ir contra mi voluntad, probándome a mí mismo que era un varón, un mero mero macho. ¿Y el resultado? El resultado, en la mayoría de los casos, fue nefasto, realmente nefasto.
Se las pongo así: PRIMERO, de tanta pornografía que consumía, mi entendimiento de lo que debía ser el sexo estaba completamente distorsionado. SEGUNDO, mi cabeza me atacaba con cientos de pensamientos automáticos que me reprobaban como un hombre con el que una mujer disfrutaría estar. Así, ya de entrada, era muy complicado hacer algo que desde el comienzo no quería hacer. Y no era que no me gustaran las mujeres, sino que simplemente no me sentía cómodo. Era raro. Me veía al espejo y me encontraba bien, me encontraba alguien agradable a la vista, pero al parecer muchas viejas no estaban tan interesadas en mí. No obstante, muchas de ellas llegaron a mi vida; en su mayoría excelentes mujeres. Pero como les dije antes, les hice daño, a algunas mucho daño.
La ecuación es sencilla. Si no nos amamos, si todavía no sabemos quiénes somos ni para dónde vamos, lo más seguro es que terminemos hiriendo más de un corazón en el camino. ¿Por qué? Porque de nuestro corazón todavía no puede salir un amor ágape, un amor desinteresado que todo lo soporta y todo lo perdona. Y se los digo porque lo viví. Yo sé lo que es comenzar una relación con las mejores intenciones y terminarla con una amarga decepción en el mango. Siempre que encontraba algún detalle que no me agradaba en la persona con la que estaba saliendo en el momento, lo más seguro era que todo terminara acabando. “Que le huele no sé qué a no sé qué”, “que me parece que es muy no sé qué”…Y así sucesivamente hasta el infinito, amén. Porque así es, cuando uno no se ama, TODO es desechable. Si no estoy contento conmigo mismo, ¿cómo me voy a contentar con alguien más? Si no acepto una parte de mi cuerpo, ¿cómo la voy a aceptar en alguien más? Si no creo en lo eterno, ¿para qué comienzo algo? ¿Para derribarlo? Solo un tonto construye para derribar, ¿no?
Créanme, lo peor que podemos hacer es intentar llenar esos vacíos con otras personas; mucho menos con fiestas, drogas, alcohol y otras anestesias temporalmente mortales.
Menos mal después, cuando conocí LA VERDAD, entendí el por qué de mi incomodidad, el por qué de mi no aceptación.
Muchos de ustedes se preguntarán a qué me refiero cuando hablo de “LA VERDAD”. Bueno, LA VERDAD es que usted y yo, y todo lo que existe por estos lares terráqueos, no somos solo materia sólida, líquida y gaseosa. ¡NO! Hay algo más, que como dice una canción de Grupo Niche, “con los ojos no vemos y por dentro llevamos”. Esto que por dentro llevamos, a lo que denominaremos “algo espiritual”, no solo está en nosotros, sino también fuera de nosotros. Y para ir directamente al punto del que estábamos hablando, quiero contarles que “esto espiritual que está fuera de nosotros”, puede llegar a afectarnos muchísimo si le abrimos la puerta. Y como la mayoría lo ignoramos, o simplemente no creemos, pues vivimos jodidos, vivimos con la puerta abierta. Y así es muy difícil estar seguros, así es imposible encontrar paz, porque, ¿quién con un gran tesoro, vive con la puerta abierta en un mundo abarrotado de ladrones? El hecho de que ustedes y yo no creamos que el mundo espiritual existe, no significa que no nos va afectar, eso ténganlo por seguro.
Hace un tiempo, cuando vivía jodido, cuando estaba como les conté que estaba, yo tampoco creía en nada. Pero cuando lo evidente se hace realmente evidente, no con matachos y religiones, sino con poder y libertad, no hay nada más que hacer que dejarse llevar por el amor. ¡UFFFF! Después del encuentro que tuve con Dios, en el tiempo que estuve muerto (por una sobredosis), todo lo que había en mí fue limpiado. ¡Así de sencillo! ¡Fui completamente limpio! Quedé libre de todo pensamiento, de todo temor, de toda mentira, de toda inseguridad, de todo arrebato autodestructivo… En el momento en el que vi, sentí y experimenté que todo en lo que vivía era una PINCHE MENTIRA, entendí que cada parte de mi ser era perfecta; cada centímetro de mi extensión corporal y espiritual, pasando por mis pelos, arrugas, testículos, ojos, boca, piernas y brazos; mi voz, mi manera de ser y de actuar ¡es perfecta! Y no porque yo lo sea, sino porque el que me hizo lo es. Él es perfecto y no se equivoca; y su creación, o sea ustedes y yo, somos su obra maestra, SU MONA LISSA, CHURCHA, PELIRROJA, RUBIA, CHIQUITA, ALTA, NARIZONA O CHATA.
Moverme en esa verdad, sintiendo su amor como fuego en mi cuerpo, me ha cambiado por completo la manera de vivir. Me rodeo de personas que piensan como yo y ven mucho más allá del pelo, la ropa, los kilos y los centímetros. Este combo de personas se llama iglesia, y allí sé que en estos momentos respira mi amada, y la suya, o el suyo, si es mujer.
No pretenda encontrar la verdad en un mundo de mentiras, porque lo que usted siente es real, y no es justo seguirlo sintiendo. Acuérdense siempre de esto: “y conocerán la VERDAD, y la VERDAD los hará libres”.
¿QUIERES
CONTRATARME?
Para cualquiera que sea el servicio para el que nos quieran, lo único y más importante que deben saber es que en esta empresa nos importa la gente, por eso trabajamos con intención y mucho amor.
TÉRMINOS Y
CONDICIONES
Cada contrato tiene unos términos y condiciones específicos, que serán acordados en la intimidad de la negociación.
SÍGUEME EN MIS REDES
para estar en contacto
LLÁMANOS: +57 3165334024 CHATEA: +57 3165334024 VISÍTANOS: Calle 61 # 17E-60 ESCRÍBENOS: tatanfue@gmail.com
Escríbeme